domingo, 27 de septiembre de 2009
lunes, 7 de septiembre de 2009
Fecundación, embarazo y parto. (7°02)

Durante la eyaculación, el varón aporta unos pocos centímetros cúbicos de semen que contienen varios cientos de millones de espermatozoides. Cuando el esperma es depositado en el interior de la vagina de la mujer, sólo una de esas células fecundará el óvulo. El motivo de que se liberen tantos espermatozoides reside en la altísima mortalidad de ellos a lo largo de su viaje a través de aparato reproductor femenino.

Poco después de la implantación, el embrión principia a formar la placenta. Este órgano servirá para que el uevo ser que se esta formando reciba sustancias nutritivas y oxígeno, y también elimine las sustancias
de desecho que produce.
El feto permanece unido a al placenta por medio del cordón umbilical, en cuyo interior están las arterias y venas por las que circula la sangre desde el feto hasta la placenta.

El parto consta de tres fases:
Dilatación del cuello uterino: Comienza con las contracciones de las paredes del útero y la dilatación del cuello del útero. Las contracciones producen la ruptura de la bolsa amniótica (bolsa que contiene al líquido amniótico y donde se desarrolla el feto durante el embarazo) y la salida del líquido amniótico.
Expulsión del feto: Las contracciones de las paredes del útero y la presión de los músculos abdominales dilatan el cuello del útero y empujan el feto a través de la vagina hasta el exterior. Una vez que asome la cabeza, unas pocas contracciones más son suficientes para que salga el resto. Es lo que se conoce como dar luz.
Expulsión de la placenta o alumbramiento: Una vez que está en el exterior el recien nacido, se le corta el cordón umbilical; la cicatriz que deja el cordón umbilical constituye el ombligo. Posteriormente, la placenta se desprende de las paredes del útero y es expulsada junto con otros restos de envolturas.
VIDEO SOBRE EL ABORTO.
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